Pero conforme maduras se hace más difícil sonreir, ya son contadas las ocasiones en las que nuestros labios coordinan sus movimientos para reir, ya son contadas las gotas de felicidad que bebemos de un vaso medio lleno, a veces medio vacío, la inocencia se va perdiendo y aprendes a vestirte de una coraza de metal que ya forma parte innata de tu piel, rara vez decimos realmente lo que sentimos por temor a mostrarnos vulnerables, por temor a la heridas incurables.
Nos pasamos la vida buscando la felicidad y cuando la encontramos nos da vértigo alcanzarla, porque parece demasiado irreal, porque es demasiado bonito para ser cierto y estamos acostumbrados a pelear en la tierra y no a tocar el cielo.
La felicidad la construimos nosotros en el día a día, enviando ese mensaje, con un simple correo, con ese pequeño gesto de preocupación, respondiendo a los gritos en el silencio,a través de esa mirada, con un abrazo, con un beso.
P.D: Martu, te he cogido prestada una foto del blog. XD
2 comentarios:
A veces me pregunto si cuando la tenemos delante seremos capaces de acercarnos a ella para disfrutarla,yo te lo digo ya, si alguna vez que mi felicidad está cerca por mucho que yo te llore por tener miendo empújame que se que tú siempre me llevas por el buen camino.
Puedes coger todas las fotitos que quieras!
Besitos
Te quiero pelusa de alcornoque y tiramisú! jejeje
Pelusa de alcornoque y tiramisú?Qué asco!Jajaja. Claro cariño, yo te empujaré para que la alcances, eso no lo dudes, pero te tienes que dejar empujar, sabes que por mucho que yo te diga eres tú la que escoge el camino. Te quiero mucho pelusa de chocolate con almendras.
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