Aquí tenemos la respuesta.
Una apetitosa suma de rodajas de merluza, bases de pizza, polos de limón y helado de chocolate blanco convertidos en una masa putrefacta, adornada de un caldo marrón no identificado,miles de seres unicelulares (menos mal que no eran pluricelulares) naciendo dentro del mismo cajón del congelador, acompañado de un enjambre de mosquitos y un olor.....indescriptible, como consecuencia de todo ello se producen las arcadas.
Y es que al llegar a la playa, lo último que pensamos es que tendríamos que ponernos a limpiar aquello, pero como yo soy guay, acepté el reto, me puse los guantecillos y manos a la obra, a las 2 de la mañana a limpiar el congelador cantando para no pensar en las arcadas, "lalalalalalalalalalala...quiero mi Cuba libre...lalalala".
P.D; Aclaración(porque me lo han preguntado por ahí); los cerdos no fuimos nosotros, no somos tan panolis.
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