prometiste que vendrías a sorprenderme algún día,
que te mirarías en mis ojos
que velarías mis sueños y acallarías mi alma inquieta.
Algo en mi te espera,
sin saber si llegarás,
sin saber por qué sigo aquí.
A veces te maldigo,
me enfado porque no te tengo aquí,
pero siempre con la certeza de que te seguiré esperando
aunque me equivoque, aunque pierda.
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