Siempre se ha dicho que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, y es cierto, estamos hechos para pasarnos la vida preguntándonos qué queremos los unos de los otros, para descifrar mensajes de comunicación, para volvernos locos buscando una respuesta a ese gesto, esa forma de decir las cosas... para llevarnos la contraria y nunca ponernos de acuerdo.
Cuando nosotras somos mimosas, ellos se escudan en su coraza de metal, cuando ellos piden atención y cariño, entonces nosotras estamos hartas y contestamos friamente, son pocas veces las que nos encontramos en el mismo punto.
Ellos normalmente dicen las cosas sin pensar demasiado y nosotras les damos mil vueltas al tono, la forma de decirlas, el gesto...pensando si habrá querido decir otra cosa... y es que no, normalmente no suele haber mensajes ocultos, claro, que, siempre hay excepciones.
Nosotras le damos mucha importancia a las palabras, ellos se la dan a los hechos, a la acción, en cambio, una palabra puede perder su valor en un segundo de tiempo; un "te quiero" de hoy puede ser un "te he olvidado" de mañana, claro que los hechos no quedan exentos de perder su valor.
Pero sobre todo siempre existirán diferencias entre nosotros porque las mujeres somos más sentimentales, valoramos por sobre todas las cosas, los sentimientos, el lenguaje del corazón, la dulzura, un gesto, un detalle, una sorpresa. Sin embargo, ellos se inclinan más hacia el lenguaje físico, el deseo, el placer momentáneo.
Disfrutemos discutiendo, disfrutemos averiguando las diferencias que poseemos, ralentizando los momentos de entendimiento mutuo, cojamos lo mejor de cada planeta y acoplémoslo para saborearlo mejor.