La estimulación es absolutamente necesaria para la supervivencia. Una persona privada de estímulos comienza a tener alucinaciones entre las 24 y 48 horas; se autoestimula para mantener su autoconsciencia psíquica.
Spitz observó que la privación de contacto físico durante periodos largos tiene mucha influencia en el crecimiento y salud de los niños. Esta privación puede llevar hasta la muerte. Estos estudios han cristalizado en lo que los psicólogos llaman "el síndrome de hospitalismo".
De él se deduce que existe el hambre de estímulos,que es necesario satisfacer como se satisface el hambre física.
Si la persona recibe caricias positivas aprenderá a estar bien psicológicamente.
Si la persona no recibe caricias y fracasa en todos sus comportamientos para conseguirlas, es posible que enferme somatizando su desasosiego interior, se lesione o accidente para así obtener las caricias incondicionales de lástima o rechazo.
POr cualquiera de estos medios se establece un entrenamiento, un aprendizaje condicionado que sucede de conductas anticipatorias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario