Los vecinos de Santomera firmaron este lunes otro capítulo de su particular crónica negra. Un joven de la localidad, Angelo C. M., de 34 años, fue detenido por la Guardia Civil como presunto autor de la decapitación de su madre, Teresa Macanás Campillo, de unos 58 años. El delegado del Gobierno en Murcia, Ángel González, acaba de confirmar que el parricida tenía cuatro denuncias por maltratar a su madre, pero ninguna orden de alejamiento. Además, había tenido ya alguna crisis de esquizofrenia.
El presunto asesino, detenido cuando paseaba con la cabeza de su madre envuelta en un trapo, había sido hospitalizado varias veces para tratamiento psiquiátrico y había protagonizado episodios de violencia contra su progenitora, que era estanquera en el pueblo.
"La he matado. Ahora está callada, la quiero mucho"
El presunto asesino, detenido cuando paseaba con la cabeza de su madre envuelta en un trapo, había sido hospitalizado varias veces para tratamiento psiquiátrico y había protagonizado episodios de violencia contra su progenitora, que era estanquera en el pueblo.
"La he matado. Ahora está callada, la quiero mucho"
Así lo han relatado a Efe vecinos y autoridades locales de esta población murciana, donde la víctima regentaba un pequeño estanco en la céntrica plaza de la Iglesia, situado puerta con puerta con el bar de nombre Mar de Galilea, local que la mujer había legado a su hijo.
El hombre fue arrestado en la plaza junto a la iglesia, justo enfrente de su bar, por la policía local, que acudió al lugar alertada por el 112 Centro de Emergencia de la Región de Murcia, tras recibir la alerta de un vecino de Santomera, que aseguraba que alguien se paseaba semidesnudo con un bulto en la mano donde decía llevar la cabeza de su madre. Según las fuentes informantes, tras su detención, Angelo confesó "con toda tranquilidad" que había matado a su madre en su bar Mar de Galilea, donde la decapitó con un cuchillo de grandes dimensiones. Después había salido de allí, con una cinta en la frente y el torso desnudo, llevando en sus manos la cabeza de su víctima envuelta en un trapo, y se dedicó a vagar sin rumbo por la plaza. Cuando los agentes policiales se le acercaron para interrogarle sobre el contenido del fardo que portaba, reconoció "con toda naturalidad" mientras lo acariciaba que era la cabeza de su madre. "La he matado. Ahora está callada, la quiero mucho ahora", dijo, según precisaron fuentes de la investigación.
El presunto parricida, tenía problemas con las drogas desde hace tiempo El detenido ha sido trasladado a dependencias de la comandancia de la Guardia Civil de Murcia, y los restos mortales de su madre al anatómico forense del lugar a la espera de que se le efectúe la autopsia. Allí deberá ser reconocida por una hija, la hermana de Angelo, a quien los psicólogos de Emergencias tuvieron que atender en su domicilio tras darle la noticia de esta tragedia.
Pidió ayuda en la tele
La madre, de 58 años, había acudido a Televisión Española, donde en el espacio Gente, había pedido que internaran a su hijo, porque la había agredido en varias ocasiones, y temía que "ocurriera algo gordo".
Según vecinos consultados por 20 minutos, Angelo, el presunto parricida, tenía problemas con las drogas desde hace tiempo y cuando los vecinos le vieron ayer en la plaza del Ayuntamiento pensaron que "había montado otro de sus numeritos".
El joven trabajaba en el restaurante con su madre y los vecinos aseguran que "era normal que hubiera follones entre ellos". A él sólo se le conoce una relación formal en el pueblo, aunque en los últimos meses parecía haber roto con su pareja.
Un testigo de la detención, que prefiere mantener el anonimato, aseguró a este diario que, al ver la bolsa, se dio cuenta de que la cabeza era de la madre. "Cabezas cortadas he visto pocas, por eso me fijé en él y no miré la cabeza. Pero me llamaba la atención que los municipales llevaran las pistolas en la mano".
El hombre fue arrestado en la plaza junto a la iglesia, justo enfrente de su bar, por la policía local, que acudió al lugar alertada por el 112 Centro de Emergencia de la Región de Murcia, tras recibir la alerta de un vecino de Santomera, que aseguraba que alguien se paseaba semidesnudo con un bulto en la mano donde decía llevar la cabeza de su madre. Según las fuentes informantes, tras su detención, Angelo confesó "con toda tranquilidad" que había matado a su madre en su bar Mar de Galilea, donde la decapitó con un cuchillo de grandes dimensiones. Después había salido de allí, con una cinta en la frente y el torso desnudo, llevando en sus manos la cabeza de su víctima envuelta en un trapo, y se dedicó a vagar sin rumbo por la plaza. Cuando los agentes policiales se le acercaron para interrogarle sobre el contenido del fardo que portaba, reconoció "con toda naturalidad" mientras lo acariciaba que era la cabeza de su madre. "La he matado. Ahora está callada, la quiero mucho ahora", dijo, según precisaron fuentes de la investigación.
El presunto parricida, tenía problemas con las drogas desde hace tiempo El detenido ha sido trasladado a dependencias de la comandancia de la Guardia Civil de Murcia, y los restos mortales de su madre al anatómico forense del lugar a la espera de que se le efectúe la autopsia. Allí deberá ser reconocida por una hija, la hermana de Angelo, a quien los psicólogos de Emergencias tuvieron que atender en su domicilio tras darle la noticia de esta tragedia.
Pidió ayuda en la tele
La madre, de 58 años, había acudido a Televisión Española, donde en el espacio Gente, había pedido que internaran a su hijo, porque la había agredido en varias ocasiones, y temía que "ocurriera algo gordo".
Según vecinos consultados por 20 minutos, Angelo, el presunto parricida, tenía problemas con las drogas desde hace tiempo y cuando los vecinos le vieron ayer en la plaza del Ayuntamiento pensaron que "había montado otro de sus numeritos".
El joven trabajaba en el restaurante con su madre y los vecinos aseguran que "era normal que hubiera follones entre ellos". A él sólo se le conoce una relación formal en el pueblo, aunque en los últimos meses parecía haber roto con su pareja.
Un testigo de la detención, que prefiere mantener el anonimato, aseguró a este diario que, al ver la bolsa, se dio cuenta de que la cabeza era de la madre. "Cabezas cortadas he visto pocas, por eso me fijé en él y no miré la cabeza. Pero me llamaba la atención que los municipales llevaran las pistolas en la mano".
Se da la circunstancia de que en esta misma ciudad tuvo lugar, el 18 de enero de 2002, el asesinato de dos niños de 6 y 4 años a manos de su madre, quien los estranguló con el cable de un teléfono móvil. La autora, Francisca González Navarro, fue condenada a 40 años de prisión.
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