Hoy era un día diferente, un día en el que el viento soplaba parecía que a favor de la cordura, me sentía afortunada por haberte olvidado, por haber seguido adelante con la frialdad del hielo, miraba al cielo pensando en que estarías lejos, y que sería en un instante cuando todo esto ya hubiera pasado y estos sentimientos estuviesen ya enterrados cuando la vida nos pusiera de frente en el camino, podríamos entonces quizá mirarnos y dejarnos llevar. Pero hoy has golpeado de nuevo mi puerta, una visita inesperada que desconfiaba en que llegara, tal vez por miedo, tal vez por intuición o porque era lo mejor, pero la intuición me falló, o me traicionó el corazón.
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