viernes, 13 de junio de 2008

EL INFIERNO EN LA TIERRA

En un momento se me ha juntado la alegría de vivir con un choque frontal de realidad contrapuesto al catastrofismo y miseria del mundo.
Nos preparan para ayudar a vivir, para aconsejar y escuchar, para tratar, para implementar estrategias de defensa...pero siempre te encuentras con alguna frase que te pega una bofetada como la que he encontrado estudiando: "La vida que se nos presenta a diario en los medios es mala solitaria desagradable y corta. Es una fantasía pensar que la razón y el bien siempre gana", tras leer esto el siguiente tema: "La experiencia trágica de la muerte"; párrafos repletos de historias de accidentes, enfermedades, suicidios asistidos, eutanasia... y buscando un poquito de soporte documental a tanta teoría he hallado algo, sabía la historia, pero desconocía los detalles gráficos:

"Las bombas de Hiroshima y Nagasaki acabaron con la vida de más de 250.000 personas y dejaron un legado de horror que aún perdura en nuestros días. En los siguientes años, la destrucción de ambas ciudades quedó asociada con las imágenes de edificios arrasados y llanuras llenas de escombros. Pero, ¿dónde estaban las víctimas? A principios de 1946, las autoridades estadounidenses habían ordenado la destrucción de centenares de fotografías y prohibido la difusión de cualquier testimonio de la masacre. Se prohibió a la población japonesa cualquier comentario sobre los bombardeos o las informaciones que pudieran “alterar la tranquilidad pública”. Aquí están los detalles más impactantes:

La explosión imprimió las siluetas de algunas personas, cuyos cuerpos fueron pulverizados de forma instantánea.

El 6 de agosto de 1945, a las 8:15 de la mañana, la bomba lanzada por el Enola Gay estalló a una altura de 580 metros sobre el centro de Hiroshima y mató a unas 70.000 personas al instante. La onda expansiva, a unos 6.000 grados de temperatura, no dejó un edificio en pie y carbonizó los árboles a 120 kilómetros de distancia.Varios minutos después, el hongo atómico se elevó a unos 13 kilómetros de altura y expandió una lluvia radiactiva que condenó a muerte a las miles de personas que habían escapado del calor y las radiaciones. Dos horas después habían muerto unas 120.000 personas, 70.000 habían resultado gravemente heridas y el 80% de la ciudad había desaparecido.

Hubo miles de casos de incineración súbita, carbonizaciones parciales y quemaduras de personas expuestas hacia el hipocentro del estallido, a más de 10 km de la zona cero

Días después de que la bomba atómica destruyera la ciudad, los médicos comprobaron asombrados que la gente seguía muriendo en forma enigmática y aterradora, de síntomas desconocidos; "al principio los médicos y cirujanos trataban las quemaduras como cualquier otra, pero los pacientes se licuaban por dentro y morían. Ningún médico había visto nada igual"."Sin alguna razón aparente, su salud comienza a deteriorarse -escribía Wilfred Burchett en su reportaje-,... Los médicos japoneses les inyectan vitaminas, pero la carne de los enfermos se pudre al contacto con la aguja. Hay algo que acaba con los glóbulos blancos, pero no sabemos qué es".

Los Hibakusha Hibakusha ("persona bombardeada") fue el término con que los japoneses designaron a los supervivientes. Oficialmente hubo más de 360.000 hibakusha de los cuales la mayoría, antes o después, sufrieron desfiguraciones físicas y otras enfermedades tales como cáncer y deterioro genético.



"Era en verdad el infierno en la tierra. Aquellos que apenas pudieron sobrevivir a la intensa radiación -con los ojos quemados y la piel calcinada y ulcerada- deambulaban apoyándose en palos para poder sostenerse esperando ayuda. Ni una sola nube amortiguaba los rayos del sol de ese día de agosto, brillando inmisericorde en ese segundo día después del estallido”.

http://fogonazos.blogspot.com/2007/02/hiroshima-el-horror-que-nunca-nos.html

¿Y qué se le dice a una persona que pasa por algo asi?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Increible, alucinante, sin palabras... muy fuerte...:(

Anónimo dijo...

que triste...

Anónimo dijo...

Aquí es cuando se puede aplicar esa frase que dice así, "Es preferible la más injusta de las paces a la más justa de las guerras", la cual no recuerdo la procedencia. Es algo que siempre me he preguntado, qué narices le dicen los psicólogos a esas personas para superar un acontecimiento de ese tipo o incluso la pérdida de un familiar. Solo se me ocurre que le puede aconsejar que no se sienta culpable y que no puede hacer nada para cambiar lo sucedido. De una forma u otra desviar la atención. Un trabajo dificil el tuyo, un besico que no te veo casi nunca...

Anónimo dijo...

tia q fuerte no? me he quedado de piedra! me gusta el interés que le pones a lo tuyo, es apasionante y triste a la vez, una combinación explosiva y realista... Ana, este mundo no es lo que esperamos que sea, verdad? pero bueno, eso es lo que te gusta y me alegra... 1 besico

Anika dijo...

PUes no, tristemente no es lo que esperamos que sea, si supieras muchas de las cosas que nos dicen los profesores...pero eso me lo quedo para mí.