domingo, 5 de octubre de 2008

Te encontré, me refugié en tí, compartí todo contigo y ahora incapaz soy de dedicarte una mirada, las palabras no brotan ya para contarte lo que me sucede, los cafés se invaden de vacíos vanales incapaces de conducir a algo con sentido.

Porque la confianza se ha esfumado, la lluvia ha borrado las huellas que dejamos marcadas en el camino, y ese candil que nos alumbraba se nos cayó incendiando lo más querido, separando nuestros destinos.

Tal vez el tiempo vuelva a reunir lo que un día dejamos en el olvido y ahora parece de cumplimiento obligado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

correcorrecorrecorrecorre