lunes, 20 de octubre de 2008

Bajando la cuesta...

Una pequeña cuesta, un lugar alejado en lo alto y complicidad, es lo único que necesitamos para pasar una tarde de lo más entretenido, confesiones y confesiones que se suceden entre paseos, fotitos e intentos de violaciones del Gasolino, pero...¿qué más da todo si estamos juntas?

Eso si, Martu, "¿ahora como bajamos?¡Que está oscureciendo!" Y a la señorita no se le ocurre otra cosa que ir por un supuesto atajo, cuando llegamos a él vemos más bien nuestra muerte que el final del camino: ¡Pero cómo bajamos por ahí! Y allí que voy yo; "no te preocupes Martu, esto es fácil, hala, a derrapar por aquí" y todo un cementerio de cactus a nuestros pies, que asco, se pisaba en blandito.

Y el Pepe que nos dice; ¡Pero cómo se os ocurre bajar por ahí!
Venga, y ahora se pone a llover, cada vez más oscuro y el Gaso que no se mueve, tiene más miedo que nosotras. Pero al final llegamos sanas y salvas, eso sí con los pantalones llenos de tierra y las piernas con pinchas, XD.
Como tú dices; esta experiencia nos ha unido más emocionalmente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pasamos una guerra! xo las aventuras son buenas xa fortalecer la mente y el alma, yo pensaba que moríamos, sino era xq el gaso te violaba sería por que patinabammos con las paleras muertas!!!! jaja ahora me rio xo anoxe solo queria que mi padre hiciese magia xa vernos ya abajo en casita jajajajaja
te quiero pelusica, gracias x la tarde!