Cada relación que tenemos se basa en la confianza; la familia, la amistad, el amor, en el trabajo, en el estudio. Cuando salimos del útero materno debemos confiar en nuestros padres, en que nos cuidarán, nos recogerán cuando nos caigamos, en que nos enseñarán todo lo necesario, EN QUE CUBRIRÁN NUESTRAS NECESIDADES DIARIAS... incluso al subirnos en un autobús tenemos que confiar en el conductor que nos lleva, cuando acudimos al médico tenemos que confiar en que hará todo cuando esté en sus manos por curarnos, y cuando vamos a un hotel debemos confiar en que nos tratarán con el mayor agrado y que todo estará como esperamos, debemos confiar en nosotros mismos...así podríamos citar hasta mil ejemplos.
La confianza es algo muy difícil de conseguir, cuesta construirla día a día, requiere esfuerzo, tiempo, paciencia y dedicación, cuando la consigues es algo maravilloso y sientes que pase lo que pase esa persona pondrá la mano en el fuego por tí, y el cuerpo si hace falta. Pero esa confianza puede quebrarse como un hilo de cristal con un simple movimiento.
LA CONFIANZA: TAN FUERTE PERO TAN FRÁGIL A LA VEZ.