martes, 3 de mayo de 2011

Muchos de los conflictos y malentendidos que surgen en las parejas están en la forma como nos comunicamos.
Por un lado, pensamos que aquello que decimos es supremamente claro para el otro, y que este ve las cosas tal y como nosotros las vemos, nos parece tan obvio, que creemos que se cae de su peso, y de esta manera actuamos.
Pero esto que nos parece tan claro, no lo es así, cada quien ve las cosas, desde su perspectiva, desde sus experiencias y en resumen, desde su particular modo de hacerlo, y en ocasiones es completamente diferente a como lo ve su interlocutor.

Saber discutir es un arte, es un regalo que nos puede ayudar en la vida.
¿Pero como hacerlo?
1. Elija el momento y el lugar adecuado, hablar cuando se está con rabia, no resulta ser un buen método.
presos de la ira, podemos llegar a decir más de lo que se
pensaba decir, y de una forma hiriente que termina no solo
por ofender a nuestra pareja, sino por menoscabar la
relación.

No todos los momentos son adecuados para discutir todos los temas.
Busque que ambos estén tranquilos, que dispongan del tiempo suficiente para hacerlo.
Si es un tema álgido suele ser de gran utilidad elegir un ambiente neutro, e íntimo fuera de casa.
Es muy efectivo, por que ninguno de los dos perderá el control en este tipo de lugares y ambos tratarán de mantener el tono cordial, el respeto y los buenos modales.

2. El diálogo debe realizarse desde el oír y ser oído,a veces ambos quieren lo mismo, pero nuestras propias dificultades de escuchar activamente al otro, nos impiden oír que es lo que nos tiene para decir.
Preste atención, escuche activamente lo que su pareja le dice.
No anteponga sus pensamientos, ni sus ideas, no se precipite,
Pretendiendo “saber”, que es lo que le quiere decir.

Intente ser claro y conciso con lo que plantea, no de por
sobreentendido, que su pareja entiende su punto de vista
o su manera de pensar, explíqueselo con claridad, con
cortesía y haga gala de sus buenos modales al hacerlo.

4. Los gritos, el malhumor, los comentarios desobligantes, o cínicos, no suelen llevarnos a ningún lado, o sí a resquebrajar nuestra relación de pareja.
Gritamos cuando las cosas se salen de nuestro control, lo hacemos en un intento de validar nuestros débiles argumentos,
Y de obtener así la razón.
5. Tener la razón, o pretender tenerla, no siempre resulta efectivo, cada quien saldrá con un mal sabor en la boca, y a la final, ninguno en realidad habrá ganado, pero tendremos en cambio, una gran perdedora, que será la relación de pareja.
6. Muestre respeto por las ideas y comentarios de su pareja, si no piensa igual que usted, o tiene otro punto de vista, este es tan válido como el suyo propio, disentir, y decir que se piensa diferente, y exponer nuestro punto es parte del proceso comunicativo.
Pero lo que no es adecuado, es descalificar o denigrar a nuestra pareja, por su comentario, o ser cínicos o burlones por que su opinión es diferente de la nuestra termina por herirla, y ofenderla.
Si este tipo de comentarios son continuos y permanentes, podemos incluso, golpear su autoestima.
Estar en desacuerdo con su punto de vista, no significa que tengamos que irrespetar, indignar o humillar a nuestra pareja, o ser irrespetados, humillados por ella.
Al igual que todo trabajo en equipo, la diversidad de opiniones enriquecen la relación, si se saben aplicar y si se puede dialogar.

7. comprender y ser comprendido, entender y ser entendido, al igual que apoyar y ser apoyado, son otros de los parámetros esenciales para mantener no solo el buen diálogo, sino una buena relación de pareja.
8. valores los esfuerzos de su pareja, a todos nos gusta oír buenas palabras y cumplidos si son sinceros y apropiados
9. cada uno tiene su forma de hacer o de decir las cosas, no siempre será como nosotros lo haríamos, o como a nosotros nos gustaría que se hicieran, acepte que esa es su manera de hacer las cosas y no la suya, y no deja de ser válido o adecuado, simplemente es diferente, y no siempre su punto de vista es el correcto.

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